Los niños pasan la mayor parte del tiempo en casa y la escuela. ¿Cómo influye de qué manera les hablamos en su rendimiento? El efecto Pigmalión lo explica de una forma sencilla y clara. Este efecto se aplica tanto en niños como en adultos y se puede llevar a todos los ámbitos: social, educacional y laboral. Es importante que lo identifiquemos y lo aprendamos a usar de una forma positiva.

Origen del efecto Pigmalión

Debe su nombre al mito griego de Pigmalión.

Pigmalión era un escultor que se sentía muy solo y no encontraba su mujer ideal. Al ser escultor, se le ocurrió que podría materializar a su mujer perfecta en piedra. Se puso manos a la obra y la dotó de todo lo que él esperaba de una mujer. La llamó Galatea. Puso tanto esmero en su belleza y detalles que se terminó enamorando de su propia creación.  A tal punto, que les pidió a los dioses que hicieran de su obra una mujer de carne y hueso. En un sueño, Afrodita, le concedió a Pigmalión el que Galatea cobrara vida ya que vio que el amor de Pigmalión hacia ella era puro e ideal.

Las expectativas de Pigmalión fueron cumplidas aunque no era lo que se esperaba que sucediera. Al creer que la estatua estaba viva esta llegó efectivamente a estarlo, es por ese motivo que este efecto lleva su nombre.

¿Qué es el efecto Pigmalión?

El efecto Pigmalión se conoce como la influencia que una persona puede ejercer sobre otra, basada en la imagen que esta tiene de ella.  Las creencias que tienen los demás sobre nosotros podrán influir nuestro rendimiento. Las personas que nos rodean buscaran de forma inconsciente que sus expectativas hacia nosotros se cumplan y se hagan realidad, por lo tanto, modificaran su conducta para tender a confirmarlas. Este efecto también se conoce con el nombre de «profecía autocumplida», y así haremos todo lo posible para que aquello que consideramos o creemos que sucederá, se haga realidad.

En psicología y pedagogía, se refiere a la potencial influencia que ejerce la creencia de una persona en el rendimiento de otra. Supone, por tanto, algo importante de conocer y estudiar para los profesionales del ámbito educativo, laboral, social y familiar.

Experimento efecto Pigmalión

El psicólogo social Robert Rosenthal estudiaba el hecho de que las expectativas y creencias de una persona influyen en el rendimiento de otra. Jacobson por su lado era directora de instituto en California.

Jacobson al ver las investigaciones de Rosenthal decidió escribirle para, de forma conjunta, aplicar esos estudios en los alumnos de su colegio. Comenzaron a diseñar un experimento el cual tomaba una muestra de 300 alumnos del instituto. Se les aplicaron a estos alumnos unas pruebas de inteligencia donde como resultado se encontró que todos los alumnos tenían en mayor o menor medida el mismo nivel de inteligencia. Es decir, ninguno resaltaba por encima de la media.

Cuando juntaron todos los datos, decidieron tomar un pequeño número de alumnos al azar y modificar los datos de sus pruebas. Falsearon los datos atribuyéndoles a los alumnos un nivel más alto de inteligencia y se los dieron a sus profesores con sus respectivos informes. Los profesores podían esperar de este grupo de alumnos al azar un nivel altísimo de rendimiento basándose en los datos que tenían en su poder. Pasó todo el curso y tanto Jacobson como Rosenthal no hicieron nada más que sentarse a observar y esperar.

Una vez hubo acabado el curso académico, volvieron a coger a esos 300 alumnos y les repitieron la misma prueba de inteligencia. Quedaron atónitos con lo que descubrieron. El pequeño grupo de “falsos inteligentes” habían sacado unos resultados de inteligencia muy superiores al resto.

¿Qué había pasado?

El hecho de que Rosenthal y Jacobson hubiesen manipulado los informes había hecho que los profesores modificaran sus expectativas frente a estos alumnos. Al esperar de ellos más que del resto, hizo que los profesores modificaran su conducta hacia ellos. Por lo tanto, cuando uno de estos alumnos, por ejemplo, no entendía el ejercicio, el profesor dedicaba más tiempo en explicárselo (no atribuían el hecho de no entender el ejercicio a falta de capacidades sino a falta de entendimiento del mensaje). Al cambiar esto, se generó más contacto ocular entre profesor y alumno dando sensación de cercanía y seguridad. Comenzaron a recibir un trato diferenciado frente a sus compañeros, ya que se les dedicaba más tiempo en explicaciones y palabras de aliento. Les daban una serie de oportunidades que el resto de compañeros no tenían porque sabían que podían esperar mucho de ellos.

Al final, esas falsas expectativas se acabaron cumpliendo. El cambio no ocurre de manera mágica ni misteriosa, sino que inconscientemente los profesores cambiaron su conducta modificando el resultado en los alumnos.

“Las expectativas y previsiones de los profesores sobre la forma en que de alguna manera se conducirán los alumnos determinan precisamente las conductas que los profesores esperan.” (Rosenthal y Jacobson)

Pigmalión positivo, Pigmalión negativo…

• Efecto Pigmalión positivo: produce un efecto positivo en el sujeto, de forma que afianza el aspecto sobre el cual se produce el efecto, provocando un aumento de la autoestima del sujeto y del aspecto en concreto.
• Efecto Pigmalión negativo Efecto Golem: produce que la autoestima del sujeto disminuya y que el aspecto sobre el que se actúa disminuya o incluso desaparezca.

 

Si hacemos un balance de aquellas personas que han formado parte de nuestras vidas y cómo sus creencias sobre quiénes o cómo somos nos han afectado, nos daremos cuenta que el efecto Pigmalión puede tener tanto consecuencias positivas como negativas en nosotros.

Cuando alguien nos valora, nos estimula positivamente y nos alienta, estará contribuyendo a que generemos creencias potenciadoras, es decir, creencias positivas acerca de nosotros mismos aumentando nuestro rendimiento. Si, por el contrario, una persona no es capaz de percibir buenas habilidades en nosotros o no cree que podamos alcanzar nuestras metas, contribuirá negativamente en nuestra autoestima generando creencias limitantes.

Como hemos visto en el experimento, uno de los ámbitos dónde se puede ver este efecto son las aulas y el rendimiento de los alumnos. Los profesionales del sector de la enseñanza deben ser conscientes de la influencia generada, así como los padres con las expectativas de sus hijos.

Finalmente, decir que el efecto Pigmalión, como hemos visto, puede generar cambios en la actitud de la persona para lograr lo que desea. Es importante ser generadores de creencias positivas hacia los otros, al igual que debemos tenerlas hacia nosotros mismos. Ser consciente del papel influyente que poseemos sobre los demás y sobre nuestra propia autoestima nos permitirá, no solo a los de nuestro alrededor conseguir aquello que desean, sino también a nuestra propia persona.