¿Qué son las emociones?

Empecemos por definir qué son las emociones. Existen diferentes formas de definir  emoción, por lo tanto, se pueden hacer varias categorías al respecto. Kleinginna y Kleinginna (1981) han expuesto 11 categorías. Las más populares son:

• Categoría afectiva. Enfatiza las experiencias propias y/o aprendidas. Acentúan la importancia del sentimiento, la activación fisiológica (lo que sucede químicamente en nuestro cuerpo) y su dimensión hedónica (la situación nos trae placer-displacer).
• Categoría cognitiva. Basada en los aspectos perceptivos (la información que nos brinda el medio),  valoración de la situación (valoramos si es relevante o no) y de catalogación de las emociones (existen emociones primarias, secundarias e instrumentales).
• Categoría basada en los estímulos motivadores, que acentúan el papel de la estimulación externa como factor liberador de las emociones.

La unión de estas 11 categorías nos lleva a entender las emociones como:

• un proceso que implica una serie de condiciones que nos hagan reaccionar (estímulos relevantes), la existencia de experiencias subjetivas o sentimientos (interpretación subjetiva de los hechos), diversos niveles de procesamiento cognitivo (procesos de valoración), cambios fisiológicos (activación química derivada de procesos neuronales y hormonales), patrones expresivos y de comunicación (expresión emocional) que tiene unos efectos motivadores (movilización para la acción) y una finalidad: que es la adaptación a un entorno en continuo cambio.

Hablemos claro…

Leído así, parece todo muy complicado. Es simple. Necesitamos adaptarnos a las nuevas situaciones que se nos dan y las emociones son la respuesta a esas situaciones. Son situaciones que requieren una respuesta rápida por nuestra parte ya que percibimos algún peligro. Este peligro puede ser real, imaginario, aprendido y/o fisiológico. Las emociones son el mecanismo de defensa que tenemos. Muchas veces nos pueden paralizar, ralentizarnos, hacernos actuar más rápido, que pensemos más o menos… guían nuestro comportamiento.

Al guiar el comportamiento tienen una importancia esencial en nuestro día a día y es vital el saber gestionarlas correctamente. Nadie desea estar inmerso en una tristeza constante, sentir ira a la mínima provocación, tener miedos infundados, no saber disfrutar de la alegría, tener ansiedad, hostilidad, culpa, etc. Entonces…

¿Cómo aprender a gestionar emociones?

La inteligencia emocional

La inteligencia emocional es cómo utilizar óptima y adaptativamente las emociones. Es la habilidad para percibir, valorar y expresar las emociones adecuadamente; la habilidad para comprender las emociones: el uso de los recursos emocionales; y la habilidad para regular las emociones en uno mismo y en los demás.

Las personas que poseen una alta inteligencia emocional tienen una estructura de pensamiento flexible, adaptan sus modos de pensar a las modalidades de las diferentes situaciones, se aceptan a sí mismas y a los demás, suelen establecer relaciones gratificantes y generalmente tienden a conceder a los otros el beneficio de la duda.

4 habilidades de las personas con inteligencia emocional:

• Percepción de las emociones, habilidad para percibir las propias emociones y las de los demás, así como percibir emociones en objetos, arte, historias, música, etc. Expresan emociones con precisión y  pueden diferenciar entre sentimientos sinceros y no sinceros.
• Facilitación emocional, las emociones son necesarias para comunicar sentimientos y utilizarlas en pensamientos. De esta manera son capaces de redireccionar y priorizar el pensamiento basado en sentimientos. Usan las emociones para tomar decisiones. Son capaces de identificar distintos sentimientos y pueden tomar ventaja de las perspectivas que ofrecen. Facilitan la solución de problemas y la creatividad.
• Comprensión emocional, comprender como las emociones se combinan y progresan a través del tiempo. De esta manera comprenden cómo se relacionan diferentes emociones. Entienden las causas y consecuencias de varias emociones. Interpretan sentimientos complejos como estados emocionales contradictorios.
• Regulación emocional. Tienen la habilidad para estar abiertos a los sentimientos (placenteros y desagradables). Modulan sus propios afectos (expresan y conducen emociones) y los de los demás ( se implican o desvinculan emocionalmente). Promueven la comprensión y el crecimiento personal (reconducen emociones).

La persona inteligente emocionalmente tiene habilidades en cuatro áreas: identificar emociones, usar emociones, entender emociones y regular emociones. -John Mayer.

Entonces poseer inteligencia emocional nos dará enormes beneficios. Algunos de ellos son en el área personal, mejorando el autoconocimiento y la toma de decisiones, protegiendo y evitando el estrés, reduciendo la ansiedad, adquiriendo un pensamiento flexible…  Y otros en el área social,  aumentando el rendimiento laboral y educativo, estableciendo relaciones interpersonales sanas, teniendo capacidad de influencia y liderazgo, etc.

¿Cómo desarrollar la inteligencia emocional?

Existen varias prácticas que podemos llevar a cabo para poder desplegar estas habilidades. Tenemos libros, talleres y sesiones de coaching. Aquí te propongo sencillas actividades que puedes empezar ahora mismo. ¡Algunas de ellas son divertidas y hasta se pueden realizar en familia!

¡Juguemos!

1. Podemos comenzar con un diario emocional donde apuntaremos cómo ha sido nuestro día emocionalmente hablando. Poniendo especial atención en cómo pasamos de una emoción a otra a lo largo de la jornada. Con esta actividad podremos comparar la evolución a lo largo del tiempo e intentar luego unir una emoción con otra. De esta manera entenderemos mejor su comportamiento.
2. Toma lápiz y papel, escribe qué áreas de tu vida son importantes para ti y quieres ponerle más atención. Por ejemplo, familia, amigos, pareja, hijos, trabajo, deporte…Ponle a lo que más quieras atender el 1 y sigue según prioridades con el 2, 3… Una vez lo tengas, determina qué acciones tienes que realizar para poder dar más atención a lo que es importante para ti.
3. Párate y medita. Date unos minutos para respirar cuando la situación se torna difícil. Con 5 minutos de meditación logramos reconocer la emoción, calmarla y retomar la situación con mayor serenidad.
4. Por último, te propongo algo sumamente divertido y que puedes disfrutar en familia y con amigos. El juego Ikonikus. Es un juego sencillo de cartas (solo con símbolos) dónde tenemos que ser capaces de responder asertivamente cómo se sentiría otro participante en una determinada situación. El juego contiene preguntas, pero podemos inventarnos otras.

¿Por qué Ikonikus es tan útil?

Por ejemplo, si queremos trabajar el sentimiento de pérdida con algún niño, podemos lanzar la pregunta…¿Cómo te sentirías si tu perro se pierde? Y los demás mediante las cartas simbólicas tienen que responder en nombre de ese niño. Una vez contesten todos, el niño dirá si se siente de la manera que los otros han descrito. Al generarse una suposición de sentimiento, nadie se sentirá herido, atacado ni indagado al respecto. La situación hará que se responda libre y abiertamente. Esta situación generará el poder hablar más profundamente del tema si es necesario.

Este juego trabaja emociones, es educativo, ayuda a la expresión, la imaginación y la desinhibición. Ikonikus te hará desarrollar la empatía porque hay que ponerse en el lugar del otro para adivinar que sentirían ellos en cada situación. Se utiliza en Design thinking para innovar estrategias. ¿Qué mejor que aprender a gestionar emociones jugando? ¿y qué me dices de hacerlo en familia y con amigos? ¡Te dejo el link del juego por aquí para que puedas empezar a mejorar tu inteligencia emocional desde ahora!

https://sencilla-mente.com/no-eres-tu-es-tu-realidad-la-fuerza-de-la-influencia/