En general, la atracción implica la evaluación positiva que una persona realiza sobre otras y el deseo de acercarse a ellas. Pero no existe una definición académica consensuada sobre el término. Una de las más aceptadas explica que la atracción interpersonal es una tendencia o predisposición individual a evaluar a otra persona de una forma positiva o negativa. Es decir, cuanto más positiva sea la evaluación hacia otra persona, mayor será la atracción que experimentaremos hacia ella, y cuanto más negativa sea la evaluación, menor será la atracción.

A la evaluación sumaremos el deseo de iniciar contacto o establecer intimidad con la persona que nos atrae. Por lo tanto, en el proceso de atracción encontramos componentes cognitivos, afectivos y conductuales.

¿Costes y beneficios en la atracción?

Los distintos estudios que se han realizado nos llevan a la idea de que cuantas más recompensas y menos costes nos aporte una persona más nos gustará. Los beneficios o recompensas hacen referencia a los aspectos gratificantes de la relación que consiguen que esta merezca la pena y sea reforzante. Por supuesto, están los costes…de forma que el resultado de la relación seria la diferencia entre las recompensas y los costes.

Si los costes exceden a las recompensas, nos encontraríamos en una relación poco satisfactoria.

Entonces una “buena relación” seria aquella en la que las recompensas exceden a los costes. Llegaremos a la conclusión de si la relación es buena o mala por medio de la comparación y el criterio que se utiliza para valorar esa comparación es la atracción.

Se llegará a resultados o conclusiones que la persona cree que puede obtener o que merece de la relación, basándose en sus experiencias personales pasadas y en las de otras personas (por ejemplo: padres, amigos). Si los resultados que la persona obtiene en su relación son superiores a su nivel de comparación, juzgara la relación como satisfactoria. Por el contrario, si dichos resultados están por debajo del nivel de comparación, la persona se sentirá insatisfecha en esa relación.

Según Thibaut y Kelley, una persona romperá una relación insatisfactoria cuando los resultados estén por debajo de su nivel de comparación de alternativas. Este concepto hace referencia al nivel más bajo de resultados que estamos dispuestos a aceptar comparando otras oportunidades (por ejemplo: otras relaciones posibles, estar solos)

No todo son ganancias o pérdidas…

Desde la teoría de la equidad se defiende que las personas no están solo interesadas en conseguir las mayores recompensas y los menores costes, sino que también les interesa la equidad en sus relaciones. Es decir, las personas son más felices cuando mantienen relaciones en las que las recompensas, los costes que experimentan y las contribuciones que hacen a la relación son aproximadamente iguales a las recompensas, costes y contribuciones de la otra persona.

Otra teoría aborda la consistencia cognitiva, según las cuales las personas están motivadas a mantener la coherencia entre sus actitudes y sus conductas… Cuando entre dos personas se establece una estructura cognitiva de equilibrio (comparten creencias, opiniones, valores, etc.) se produce entre ellas una relación agradable que conduce a que se sientan atraídas.

Factores que influyen en la atracción entre dos personas

Me gustas si te pareces a mí

El principio de semejanza establece que las personas se sienten más atraídas hacia quienes son semejantes a ellas. ¿por qué? Según la teoría del equilibrio de Heider, las personas semejantes se gustan entre sí porque forman un sistema equilibrado que les aporta armonía y sentimientos positivos, mientras que un sistema desequilibrado les puede provocar malestar psicológico.

Nos sentimos atraídos a los desconocidos con quien compartimos actitudes, características y creencias.

Pero cuidado, existe la semejanza real y la percibida. La atracción por semejanza se aplica a las dos. Cuanto más tiempo compartamos con una persona, la semejanza percibida se va transformando en la real y es por este motivo que luego de un tiempo, personas que nos atraían en un principio ya no nos resultan tan interesantes luego. Por lo tanto, la semejanza real es la que predice la atracción duradera en el tiempo.

Sin embargo, si hablamos de atracción a primeras impresiones, es la semejanza percibida quien gana la batalla. La semejanza real puede no ser un buen predictor de la atracción en los encuentros románticos iniciales cara a cara.

En líneas generales nos sentimos más atraídos hacia otras personas objetivamente semejantes a nosotros, especialmente en actitudes (no tanto en rasgos de personalidad)

Me gustas si te gusto

El segundo factor implicado en la atracción es la reciprocidad, según el cual nos gustan aquellas personas a las que les gustamos. La atracción genera atracción. Los resultados de los estudios indican que saber que le gustamos a alguien nos hace sentirnos más atraídos hacia esa persona. Se debe a que es reforzante y ello genera sentimientos positivos.

A la vez asumimos que aquellos a quienes les gustamos tienen buenas intenciones hacia nosotros y nos trataran bien. Los matices son varios… tendemos a sentirnos atraídos por otros a quienes les gustamos solo si esto nos hace sentirnos especiales. Se ha demostrado que la reciprocidad no funciona si sabemos que le gustamos a alguien a quien le gusta todo el mundo. También existe el efecto que ejerce la incertidumbre, las personas que generan incertidumbre sobre cuanto les gusta alguien pueden lograr que aumente el interés de esa persona hacia ellas.

El efecto de la familiaridad en la atracción

El tercer principio dice que nos sentimos más atraídos hacia quienes nos resultan familiares. La familiaridad es definida como el grado de exposición que una persona tiene a otra. Cuando nos sientan en clases siempre al lado del mismo compañero es muy probable que luego lo consideremos nuestro amigo al finalizar el año.

Entonces, lo que se demuestra aquí es que la proximidad predice la atracción, y la proximidad se da por la familiaridad. Las personas que tenemos más próximas a nosotros se convierten en familiares y eso aumentará la atracción. Cuanto mayor sea la frecuencia de nuestros encuentros, mayor será la asociación con emociones positivas.

Tendemos a procesar charlas, opiniones, consejos, etc. con mayor fluidez de las personas que nos resultan familiares, y esta fluidez es experimentada a nivel afectivo de forma positiva.

Es frecuente que experimentemos positivamente tener interacciones con los demás, lo que crea un deseo de establecer más interacción con ellos. La familiaridad aumenta la percepción de semejanza. Habrá mayor atracción cuanta más exposición e interacción con la otra persona tengamos.

El atractivo físico

Se ha demostrado que es un importante predictor del grado en el que nos sentimos atraídos por una persona. Se ha demostrado que las personas atractivas son juzgadas y tratadas más positivamente que las no atractivas (Langlois, Kalanakis, Rubenstein, Larson, Hallan y Smoot)

Existe el efecto halo que influye en la percepción social. El atractivo físico y la seguridad personal, más allá de gustos, son aumentativos en la atracción.

Ahora ya sabes por qué te sientes atraído o no a esa persona, está en ti el utilizar los principios de la atracción a tu favor o en contra.

 ¡Si te ha gustado… comenta, comparte y suscríbete!